EL PP EN NAVARRA ATRAPADO EN SUS PROPIAS INCOHERENCIAS
Cuando se analiza la actualidad política navarra, muchas veces nos olvidamos de cómo se ha llegado a esta situación de ruptura del Partido Popular con su "marca blanca" en Navarra, UPN. Una serie de decisiones que se tomaron "desde Madrid", teniendo en cuenta el interés del PP, pusieron muy difícil la defensa de una política regional para UPN. No podemos extrañarnos, pues era la crónica de una separación anunciada.
Parece que no tenemos ya en cuenta que hace poco más de un año el PP (apoyado con la boca pequeña por UPN), mantenía, como refuerzo a su política nacional, la venta de Navarra a los terroristas por parte del PSOE y del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Incluso se convocó una manifestación con la presencia de la cúpula del PP para que "Navarra sea Navarra" (ya puestos, y que Sevilla sea Sevilla) Aunque los hechos eran tozudos en sentido contrario, "mantenella y no enmendalla" fue la solución que Rajoy dio para esta región, muy poco antes de las elecciones autonómicas. En esas elecciones, esta petición no se vio respaldada por los votos, que quitaron la mayoría a UPN, fruto, sin duda, de su sometimiento a las teorías populares.
Esto dejaba muy complicado a UPN mantener su acuerdo con el PP ya entonces. Pero es que lo complicaron más. La oferta de los populares fue clara: "que en cada comunidad gobierne el Partido que ha obtenido más votos", en alusión clara a Canarias y a Navarra. Era una especie de cambio de cromos sin atender a más razonamientos políticos ni de gobernabilidad (os dejamos Canarias si nos dejáis Navarra). Resulta complicado defender los acuerdos alcanzados en Canarias por el PP con CC, a la vez que se defiende que UPN gobierne en Navarra y que el PSOE facilite esa gobernabilidad. Una vez más, Sanz, como Presidente de Navarra, se veía obligado a hacer malabarismos dialécticos para justificar lo contrario de lo que se había hecho en Canarias.
Además, un acuerdo entre los dos grandes partidos para facilitar el Gobierno del más votado en cada uno podría haber dado bazas al PP para que la oposición en ambas comunidades fuese un trabajo constructivo de negociaciones y compromisos. Pero al no hacerlo así en Canarias, se dependía totalmente de que el PSN fuese un partido de apoyo directo o indirecto al Gobierno Navarro, teniendo por tanto que realizar las obvias concesiones para alcanzar los acuerdos a nivel meramente regional. La política del Gobierno Foral tenía que cambiar, acercándose a las posturas socialistas, y las declaraciones de sus dirigentes tenían también que considerar la situación política local y su dependencia.
Pero es que el Partido Popular ofrecía ese pacto de gobernabilidad en las dos comunidades porque tenía la intención de mantener esa región como punta de lanza de su oposición a las políticas antiterroristas del Gobierno, para lo que le era muy útil, casi imprescindible Navarra. Esto, sin duda, dificultaba aún más la posición ya inestable del Gobierno de UPN, que no podía seguir dando esa cara mientras tenía que llegar a acuerdos con el PSOE Navarro. Muerta la vía de las teorías conspirativas y del ataque a la "claudicación ante ETA", la situación se podría haber reconducido. Pero claro, no se puede alcanzar acuerdos locales mientras se mantiene una oposición dura a nivel general. UPN estaba atrapado en su propio discurso de que el PSOE y los presupuestos eran buenos para Navarra. No puede ser una cosa y la contraria.
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jrcaniego -