REGULARIZACIONES DE INMIGRANTES CON EFECTO LLAMADA
Todavía hay quien explica la cantidad de inmigrantes que hay en España por el “Efecto Llamada” producido, según ellos, por el proceso de regularización de hace 3 años. Sin duda se hace con muy malas intenciones, pues cualquiera que hay mirado tan siquiera un poquito el tema se dará cuenta que no es así. Por lógica, no vienen más inmigrantes desde hace 2 años a esta parte, en realidad, vienen bastante menos. Ni se planea el viaje de los inmigrantes, que dura varios meses, incluso años, en función de las legislaciones que van a desarrollar los países. Ni se legalizó a los inmigrantes que no estaban ya en nuestro país y trabajando, como afirmaban algunos. Y además el proceso sirvió para regularizar empleos ocultos, no sólo los inmigrantes que los ocupaban.
No voy a tratar de defender el proceso, que considero necesario, y lo que quiero ahora es dejar claro eso del efecto llamada, porque han surgido nuevas pruebas que demuestran lo que ya entonces decíamos la mayoría. En Italia ha sido clarísimo. Primero se prometió mano dura contra los inmigrantes, pero no frenó la inmigración. Se han producido expulsiones masivas, indiscriminadas y casi delictivas, pero no se ha frenado la inmigración. Berlusconi ha equiparado legalmente la inmigración ilegal con un delito, o al menos, es un agravante en caso de delinquir, y tampoco se frenó la inmigración. Y eso a pesar de que llegar a Italia (Sicilia, normalmente) es mucho más peligroso que a Canarias o a Andalucía, y el trayecto se cobra muchas más vidas anualmente. Durante todo este proceso de satanización de los inmigrantes, muchos han seguido entrando en Italia, y unos cientos han fallecido en ese intento.
Para quien quiera entenderlo, el verdadero efecto llamada es la situación en sus países de origen. En mi viaje a Namibia lo comprendí demasiado claro, aunque es evidente para cualquiera que haya estado en el tercer mundo con ojos críticos. Incluso en los paraísos tropicales de África o El Caribe se ve una situación que invita a buscar horizontes mejores. Todos los controles y las fronteras sólo consiguen desviarlo o hacerlo más difícil, pero no vamos a conseguir pararlo.
Contra ese efecto llamada hay otro efecto rechazo, que es el peligro que conlleva el viaje. Lo más jóven y osado del continente africano muere anualmente intentando llegar a Europa. Este peligro condiciona que no vengan más, muy por encima de las dificultades que puedan encontrarse tanto de idioma como de supervivencia. Esas dificultades son superables
Respecto al proceso de regularización de inmigrantes en sí, podemos fijarnos en dónde han quedado las críticas de Sarkozy y de Francia, que ahora lo alaba e incluso el propio Sarkozy parece que lo ha copiado, incluso calcado, para dar mayor validez al proceso vivido en España. Da la sensación de que tener una cierta comprensión por los inmigrantes es un tema que no vende, por lo que determinados políticos sólo lo ejercitan “en la intimidad”, mostrando luego, de puertas afuera, una contundencia y un desprecio que no se corresponde con las políticas emprendidas.
Quedó claro, creo que ya entonces, que los regularizados son extranjeros que estaban en nuestro país. Es más, que estaban trabajando (en la economía sumergida, eso sí). De hecho, ha sido el mayor proceso de emergimiento de capital que hemos tenido nunca, con la aparición de más de 700.000 empleos que hasta entonces estaban ocultos. En el fondo se trataba de reconocer una situación, legalizar trabajadores que estaban trabajando, pero sin ninguna transparencia (incluso para hacienda, de cara a ellos o sus contratadotes), y hacer aflorar una importante bolsa de economía sumergida, que además suponía una competencia desleal para otros empresarios que actuaban legalmente.
El efecto llamada se habría notado después, no antes. Y si algo parece claro es que, de unos años a esta parte, la llegada de extranjeros a nuestras ciudades y pueblos ha disminuido. Hay muchos, es cierto, pero también es cierto que la inmensa mayoría de ellos llevan algunos años aquí, y cada vez es más raro ver a recién llegados. Es normal. El “efecto llamada” se ha producido por la bonanza económica que vivíamos. Eso es lo que llegaba a nuestros vecinos del sur, y les atraía. En estos momentos, la situación de dificultad en la construcción que se lleva viviendo un par de años ha frenado la afluencia de mano de obra sin cualificar. Y no cabe duda que la situación económica actual (la llamemos crisis o la llamemos de otra forma), es lo que realmente se transmite fuera de nuestras fronteras y lo que atrae o repele a la gente que simplemente busca un futuro mejor para los suyos. No dudéis que en un plazo breve el flujo de inmigrantes será nulo. Haya leyes con “efecto llamada” o no las haya.
1 comentario
Franesco -
Un abrazo.