Blogia
La página de Juan Julián Elola

El reto es la desigualdad

El reto es la desigualdad

Leo en un informe de Oxfam Intermon que, en un año, el 1% de personas más acaudaladas acumulará tanta riqueza como todo el resto de la población mundial junta. El informe, de manera nada inocente, se titula “Tenerlo todo y querer más”

En España las cosas también van muy mal. Somos el segundo país de Europa con mayor índice de desigualdad entre personas, solo por detrás de Letonia. La riqueza se acumula en unas pocas manos en nuestro país en mayor manera que en la intervenida Grecia o en los países pobres salidos en los 90 del comunismo. Nada edificante, desde luego. Como es lógico, el que una minoría aumente su riqueza de manera tan importante resulta un agravio para una mayoría de ciudadanos que sufren intensamente la crisis. 
 
Desde esta misma organización, Intermon, aconsejan lo que a cualquiera nos parece lógico: que se distribuya la presión fiscal de una forma más equitativa, es decir, que paguen más los que más tienen, y que se persiga la evasión de impuestos para lograr una recaudación mayor; y que ese dinero se destine a mejorar los servicios públicos de forma que los trabajadores tengan que destinar una cantidad menor de sus ingresos a hacer frente a los servicios sanitarios o educativos. Lo que se viene llamando política de redistribución de renta. 
 
El Presidente de Estados Unidos, Barak Obama, con el Senado y el Congreso, conservadores, en contra, ha anunciado un plan que permitirá aumentar la recaudación entre los más ricos y las grandes empresas financieras, para dedicar una mayor partida presupuestaria a los servicios sociales, a la vez que se reducen de manera importante los impuestos a la clase trabajadora. Todo ello bastante coherente con la situación económica actual y una medida positiva para luchar contra la desigualdad económica.
 
En Europa vamos justo en sentido contrario: rebajas de la carga fiscal, que beneficia principalmente a las mayores fortunas y a grandes empresas, junto a una mayor presión sobre las clases medias en forma de gravámenes, especialmente en Sanidad (copago, privatización) y Educación (subida de tasas y disminución de becas) Y en España avanzamos a la cabeza en la aplicación de este tipo de medidas. El camino para afianzar la salida de la crisis debería ser justo el contrario.
Conviene por tanto remarcar que no es una evolución natural ni consecuencia directa de la situación económica, sino el resultado de unas decisiones políticas de disminución de la protección social y laboral que podrían, de hecho deberían, haber sido las contrarias.
 
Con todo lo dicho, creo que queda claro que se puede, y se debe, seguir siendo de izquierdas porque tiene tanto sentido como nunca, o más sentido que nunca. No es cosa de trileros.

0 comentarios