EN EL PREESTRENO DE LA PELÍCULA HULK

Gracias a unos amigos, que tenían invitaciones de Microsoft para un pase preestreno de la película, fuimos el jueves 12 a verla a Kinépolis, en la Ciudad de la Imagen. El cine era espectacular, por lo grande, emocionante eso de saber que estás viendo una peli antes que nadie y los niños se lo pasaron genial. Eso es todo lo bueno que puedo decir, porque la película en sí fue una verdadera decepción.

Esperaba mucho más, ya que sabía que tenía más acción y era menos nostálgica que su predecesora. Pero, salvo los efectos especiales, poco se salva. Especialmente el guión, que no tiene nada que sea un poquito original. Es la historia, tantas veces vista, del malvado que sigue buscando al bueno por encima de todo y caiga quien caiga, a pesar de que sabe que no tiene razón; y hay otro perseguidor que, al enterar de que es posible convertirse en algo parecido a Hulk, pues pone todo su empeño en ser igual que él, incluso mejorar el sistema, para conseguir dominar al mundo. Un argumento de lo más trillado. Vamos que se podían haber esmerado un poco más.

Además, para los que se fijen en los detalles, al principio pone que el profesor Bruce Banner ha estado 158 días sin incidentes (sin transformarse en Hulk), mientras que luego, en otro momento, el General Ross afirma que ha estado desaparecido y huyendo durante 5 años. Obviamente, es un error. Porque pensar que se ha convertido pero que no ha llamado la atención y que el ejército no le ha descubierto, con el despliegue que tienen, es imposible. Esto y el hecho de que camine, sin dinero ni ropa, desde Guatemala a la Universidad de Virginia en 17 días (la noche anterior había viajado de Rio de Janeiro a Guatemala, pero convertido en Hulk, que es capaz de eso y de más)