¿Sorprendida o asustada?

Hablo desde mi total desconocimiento a la persona, con la que nunca he tenido ningún trato. Pero es cierto que, desde fuera, parece que Manuela Carmena, nuestra recién estrenada alcaldesa, está conociendo ahora a los concejales que formaban parte de su lista electoral y que han sido elegidos con ella. Y da la impresión de que las sensaciones no son buenas para ella, aunque lo digo, repito, desde el más absoluto de los desconocimientos. Parto de la base de que los resultados electorales no daban más posibilidad que la que tenemos, puesto que el PSOE, por muy ilógico que se quiera ser, no tenía otra opción más que elegir entre Carmena y Esperanza. Poco margen había pues para que Carmena no fuese la alcaldesa, pese a esos bandazos de última hora de Aguirre ofreciendo la alcaldía a diestra y siniestro.

Dudo, eso sí, que ella esperase ser acompañada de algunos sorprendentes personajes y dudo que tuviese sospechas de la aparente falta de equipo y preparación que viaja con ella en esta aventura. Sobre las personas, no se puede llamar “defensora de las libertades” a quien usa el insulto y la amenaza como argumento. Sobre los equipos, no se pueden llamar propuestas a esa serie de ocurrencias concatenadas que le han ido pasando y que se han ido desmoronando una tras otra tras un primer contacto con el mundo real. 

No hay que darle mayor importancia a un chorreo inicial de ingenuidades, fruto normal de eso que se suele calificar como “el sarampión de los primeros días”, con la diferencia de que en este caso lo llevaban en el programa electoral, aunque se han apresurado a corregirlo dada su escasa viabilidad. Más preocupante es el tema de las personas, los concejales que van a regir los destinos de nuestra ciudad y que son los que son, sin posibilidad de recambio. Una amalgama de personas con intereses muy concretos en áreas específicas, incluso en temas especializados, y con poca conexión entre ellos y pocas posibilidades de abarcar otros asuntos. No es la mejor opción. De la falta de preparación dan muestra las incorporaciones a las que se está recurriendo para ocupar los cargos de confianza, que no actuarán como asesores y serán verdaderos políticos. Aunque se les quiera vestir de técnicos, no hay técnicos imparciales y ahí están “fichando” a quienes realmente se ocuparán de los asuntos municipales.

Confío que esto pase y se pueda componer un equipo de gobierno con una cierta coherencia y solidez. No sé hasta qué punto podrán contar, o tienen intención de ello, con Carmona y sus concejales para reforzar con preparación y experiencia los déficits de su lista, pero lo veo como una opción nada despreciable.