Telemadrid Manipulación y ahora Televisión Española Manipulación
A Mariló Montero le han regalado un programa en la Televisión Española. Queda demostrada su incapacidad para realizar correctamente su trabajo cuando se permite soltar chorradas como la que dijo a raíz de la posible donación de los órganos del asesino de El Salobral. Perdón por la expresión, pero no se me ocurre un calificativo más suave para sus declaraciones. Se nota que no tiene familiares o amigos en lista de espera para recibir un órgano, agotando la vida mientras esperan la llamada que les comunique su oportunidad. Y lo dijo en la televisión que hasta ahora tenía más audiencia, la Primera, en lo que se supone un programa serio. Su comentario no pasa de chascarrillo tabernero, o estupidez dicha por una persona ignorante.
Es el resultado de la “limpieza ideológica” realizada por el Partido Popular entre los periodistas que no eran vehementes con el ultraliberalismo. No es que fueran afines al PSOE, que desde la televisión pública se mostraba en muchas ocasiones una postura muy crítica con el Gobierno de Zapatero. Basta recordar la durísima entrevista a José Bono en “los Desayunos” por Ana Pastor, la primera de las depuradas por el nuevo director de RTVE. Pero es que cuando gobierna el PP no se admite la tibieza, y mucho menos la crítica. Todos los reporteros y presentadores de los medios públicos tienen que ser verdaderos exaltados que los conviertan en medios del partido, demostrado con declaraciones como esas. Así van sus audiencias, cayendo cada día un poco más.
No tenía que haber trascendido siquiera su condición de donante. El anonimato, del donante y del receptor, es una condición que se tiene muy en cuenta por parte de los equipos de trasplantes, por respeto a ambos.
Espero que a nadie se le pase por la cabeza dejar de ser donante de órganos por algo tan incoherente como lo dicho por esa supuesta periodista. En todo caso sería algo que afectaría al receptor de órganos, no al donante, por lo que si alguien tiene dudas lo que debe de hacer es no querer ser receptor, en ningún caso dejar de ser donante de órganos.
Claro que no está demostrado científicamente que el alma no se trasplanta junto a los órganos. Ni siquiera está demostrado que el alma exista, y mucho menos que se encuentre localizada en algún órgano concreto, o en todos. Ni los más antiguos teólogos se han podido plantear nunca que el alma se pudiera localizar en un riñón, ni nunca los más conservadores de la iglesia católica se han planteado la posibilidad de negar los trasplantes de órganos por la posibilidad de que supongan un trasplante de alma, a la vez que de materia. Algo así se afirma de los Testigos de Jehová, aunque no es del todo correcto.
No defiendo al asesino. A efectos de los trasplantes posibles, el resultado hubiera sido el mismo si se hubiera simplemente suicidado, sin cometer las burradas que cometió antes. Pero no podemos olvidar que gran cantidad de enfermos, y con ellos sus familias, puedan llegar a ser beneficiados por un órgano que vendrá a curar su dolencia, a mejorar su estado y prolongar su vida.
Los fundamentalismos de cualquier religión, adormecen la razón originando declaraciones como esta. Ya lo dijo Goya: El sueño de la razón produce monstruos.
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