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La página de Juan Julián Elola

El Ministerio de Educación plantea aumentar a 39 alumnos por aula, pero dice que eso no perjudica la calidad de la enseñanza

El Ministerio de Educación plantea aumentar a 39 alumnos por aula, pero dice que eso no perjudica la calidad de la enseñanza

Puede sonar a chiste, pero es así. Apoyados por las autonomías gobernadas por el PP y, como no, de Cataluña, el Ministerio plantea aumentar el ratio permitido por ley de alumnos en cada clase. Se trata, únicamente, de una concesión a los colegios concertados que llevan mucho tiempo reclamándolo, porque, a más alumnos por clase, mayores beneficios empresariales.

Para rematar achacan el planteamiento de que un menor número de estudiantes para cada profesor redundará en una mejora de la educación a "posiciones fuertemente ideologizadas". O sea, que los de izquierdas es que somos así y queremos que haya pocos niños en cada clase por cuestiones políticas sin sentido. No, señores, es sentido común: A menor masificación, mayor rendimiento. Y menor conflictividad y menos problemas de convivencia, también.

Alegan, contra toda lógica y contra el sentido común, que tanto le gusta mencionar a Rajoy, que un menor número de alumnos por aula o un aumento de la inversión en educación no mejoran la calidad de la enseñanza. Y ya están empezando a apuntar en ese sentido los medios de comunicación que apoyan al Gobierno. Es cierto que en la calidad y los resultados eductivos intervienen muchos factores, pero la ratio de chicos en clase o el gasto por alumno son sin duda dos de ellos, y no los menos importantes. ¿Alguien puede pensar que se da clase igual, y que es igual de efectiva, con 25 alumnos que con 40?

De hecho, una de las principales condiciones de las que un colegio puede presumir para resaltar su buena calidad de enseñanza es que tiene pocos alumnos en cada clase. Finlandia, número uno en los informes PISA, tiene un sistema educativo totalmente público y con 20 alumnos por aula. ¿Intentamos imitarles?

Respecto a la inversión, cuando se alcanzan unos topes de calidad, mayor inversión no redunda en mejoras educativas, pero estamos muy lejos de esos niveles como para pensar que ya no hay que invertir más. Y por supuesto, dependerá de en qué se invierta, como también es lógico: no es lo mismo mejorar los laboratorios o contratar más profesores que pintar la fachada o poner un ascensor en el colegio. Pero, en líneas generales, mayor gasto supone mejor calidad.

Actualmente, la Ley Orgánica de Educación (LOE) establece en 25 el límite máximo de alumnos en Primaria, que puede aumentarse en un 10% para determinadas situaciones (aumento concebido para zonas con falta de centros escolares) con lo que se puede llegar a 27 alumnos. En Secundaria, la ratio está fijada en 30 estudiantes por clase con posibilidad de aumentar hasta los 33 en situaciones excepcionales.

Ahora mismo, el Ministerio que dirige Wert está planteándose aumentar estos ratios en la nueva ley educativa hasta 35 (con lo que se podría ir a 39 al aumentar el 10%) Vamos, 40 chicos por clase en el instituto, como cuando yo estudiaba (creo recordar incluso que éramos menos de 40)

 

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