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La página de Juan Julián Elola

Homenaje a la II República en la Agrupación Socialista de Vicálvaro el próximo 13 de abril

Homenaje a la II República en la Agrupación Socialista de Vicálvaro el próximo 13 de abril

A las 18:30 horas, y contaremos con la presencia de Gervasio Puerta.

Ser republicano significa, simplemente, pensar que no hay nadie que tenga derecho a ser Rey de todos los españoles sólo por cuestión de cuna, por haber nacido hijo de rey y además ser varón, en lugar de mujer, y ser el primogénito vivo en el momento de la sucesión. Es difícil oponer un argumento medianamente lógico a ésto, salvo las elucubraciones de que los españoles necesitamos una figura así, o hablar sobre lo bueno que ha sido este Rey (para compensar, los ha habido muy malos, y muchos) No creo que haya nadie que pueda defender con criterio que la pequeña Leonor (o su hermano si es que nace alguno, que sigue imperando el criterio machista) tenga nada que la haga superior al resto de ciudadanos salvo su nacimiento.

Sin embargo, la II República es mucho más que eso. Fue un periódo de derechos civiles y laborales. Gozamos, durante esos breves 5 años que duró, de una Constitución moderna para esos tiempos. Fueron años en los que nos convertimos en uno de los primeros países en conceder el voto a las mujeres, que incluso entraron en política, en los que se promulgaron leyes avanzadas sobre divorcio o matrimonio civil, en los que se separó la educación de la religión, en los que se avanzó en el laicismo del estado (aunque el anticlericalismo de algunos y los disturbios que provocó distorsiona la afirmación de que eso fuera un logro) Se avanzó en la democracia, modernidad, libertad, justicia, igualdad, educación y ciencia en nuestro país. Lo pinten como lo pinten, y con sus defectos, estos avances y mejoras no fueron sino el resultado de la voluntad democrática, mayoritaria y soberana de un pueblo que tenía un objetivo claro. Por primera vez se escuchaba el derecho a reivindicar "señas de identidad propias" por parte de españoles de diferentes regiones que las solicitaban, con todas las dificultades que ello conlleva, pero también con todo el reconocimiento al derecho de los pueblos a pronunciarse y definirse. El  número de centros escolares casi se duplicó en el país, pasando de 32.000 a 59.000 en sólo cinco años, y las tasas de analfabetismo descendieron a menos de la mitad. Incluso durante la guerra civil, el esfuerzo que realizó el Gobierno de la República por educar y enseñar a leer y escribir a los soldados, muchos de ellos analfabetos, resulta chocante en una situación agónica como la que se vivía.

Eso representa la II República española de especial dentro mi comprensión del concepto constitucional de república frente a monarquía. Se me parece mucho a la primera legislatura de Zapatero, de la que me siento orgulloso de haber formado parte. Desgraciadamente, el ansia de reforma de un extremo y la reacción conservadora por el otro limitan la capacidad de actuación.  Pero la mayoría de los avances sociales se consiguieron y ahí están, y practicamente todos ellos perdurarán y supondrán simplemente un paso para asentar nuevos progresos. Confiemos en ello.

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