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La página de Juan Julián Elola

En defensa de los sindicatos

Desde hace bastante tiempo los sindicatos en España están siendo duramente criticados, pero este ataque se ha recrudecido durante los dos últimos años, durante el período de crisis con el consiguiente aumento de paro, consiguiendo en la mayoría de los trabajadores una desafección y mayor alejamiento respecto a sus representantes sindicales. Repongo el vídeo de UGT en que se ponen en valor los logros obtenidos por la lucha de los trabajadores, en el que se da cuenta de una serie importantísima de beneficios sociales con que contamos hoy que no hubieran sido posibles sin la participación en la negociación con empresarios y Gobiernos de estas organizaciones. Es significativo que, desde el comienzo de la democracia, las cifras de afiliación a los sindicatos ha descendido de forma paulatina, contando en este momento la afiliación sindical con aproximadamente el 10% de los trabajadores en activo. significativamente inferior a los países de nuestro entorno. Por contra, en el lado de enfrente, el 72% de los empresarios españoles pertenecen a algún tipo de organización empresarial. Esta mala evolución del poder de representación de los sindicatos frente al de las asociaciones de empresarios coincide con la mala evolución de las condiciones laborales y de la estabilidad en el trabajo, con la mala evolución de los salarios, cada vez más bajos y con una situación laboral que, crisis aparte, será peor para nuestros hijos que lo que fue para nuestra generación, lo que supone un retroceso desde una valoración objetiva. No es casualidad que la menor fuerza de los sindicatos unida a una mayor fuerza de las organizaciones empresariales se produzcan en paralelo, como cualquiera puede entender. Los sindicatos son hoy más necesarios que nunca, y la fuerza que tengan será la que les demos entre todos.

No cabe duda que, cuanto mayor poder de negociación tengan los sindicatos en cada empresa, y en el conjunto del Estado, mayores mejoras en las condiciones laborales se producirán. Todos sabemos que las empresas en que hay una representación sindical fuerte tienen mejores condiciones laborales y, por norma, mejores sueldos. Y este hecho es proporcional, a mayor fuerza sindical, mejores condiciones de trabajo. De no ser así, ¿qué sentido tendría que desde las organizaciones empresariales o los medios de comunicación de derechas se atacase tan duramente y tan de continuo a los sindicatos, se les combata tan desaforadamente y se traten de desacreditar incesantemente desde el principio de su existencia hasta hoy mismo? Un informe muy interesante de leer, elaborado por la Comisión Europea, organismo nada sospechoso de sindicalista, sobre las relaciones industriales en Europa en 2008, concluye que un aumento del 10% de la afiliación sindical se traduce en una disminución del 2% en la desigualdad de salarios, y que una cobertura de la negociación colectiva que afecte a un 10% más de empresas supone una disminución del 0,5% de la pobreza laboral (personas que trabajan por salarios míseros). Es como para replantearse las opiniones de muchos respecto a los sindicatos y la utilidad de los representantes sindicales.Creo que respecto a los sindicatos la mayoría tienen la misma actitud que hacia el movimiento asociativo en general, hacia cualquier asociación: pasan totalmente de ellos e incluso los critican con demasiada frivolidad, pero les gusta que estén ahí el día que les hacen falta. Casi todos acudimos "al sindicato" cuando tenemos problemas en la empresa sin pensar que, para que los que tuvieron problemas antes que nosotros, o incluso nosotros mismos, hubieran tenido más apoyo, hubiese sido muy importante que haber estado "en  el sindicato" cuando no los teníamos.

Aunque se quiera presentar, especialmente en las últimas semanas por parte de Esperanza Aguirre, a los delegados y representantes sindicales como unos vagos que únicamente se preocupan de cogerse los más días libres posibles a cuenta de su puesto, y no hacen realmente nada por el resto de sus compañeros, la realidad es bien distinta. A pesar de que muchos lo quieren mostar como un "chollo", es muy difícil en cualquier empresa encontrar empleados dispuestos a "meterse en el sindicato", porque, a la hora de la verdad, estar sindicado y, sobre todo, hacerse ver como sindicalista, es considerado un "marrón" por la mayoría. Y si no, razona que, si tan "chollo" es, porqué no hay mgente haciendo cola para entrar en el sindicato en todas las empresas. La intención de la derecha, que siempre ha sido enemiga de que exista la figura de un trabajador con poder de influir dentro de la empresa, es que sean vistos como unos aprovechados de su situación, que intentan conseguir un puesto para poder hacer "lo que les dé la gana", según palabras de la propia lideresa. Y parece que ese discurso fácil ha calado. Pero en la realidad los sindicalistas en activo saben que, a pesar de tener horas de trabajo que pueden dedicar a las actividades de representación, la norma es que las políticas de empresa actúen de manera clara contra los que ejercen esos cargos, estando en muchos casos limitados, o directamente vetados, sus ascensos, reconocimiento de méritos, mejoras en sus posiciones laborales o cualquier otro beneficio que, de ser posible, irá a parar siempre al trabajador no sindicado. Incluso es frecuente que el trabajador con espíritu sindicalista que reclama ciertos incumplimientos por parte de los jefes sea la primera elección a la hora de efectuar reducciones de plantilla. Cualquiera, si se le pregunta, reconocerá que ser representante sindical tiene, en la mayoría de los trabajos, más de "marrón" que de "chollo". Lo que sucede es que el mensaje simplista tiene más facilidad para llegar, sobre todo al hablar de unos representantes sindicales de los que querríamos que estuvieran diariamente obteniendo beneficios nuevos para nosotros, a pesar de reconocer que eso es imposible y que, en muchas ocasiones, el simple hecho de mantener lo que se tiene o conseguir que los recortes sean menores a lo previsto es ya un logro enorme, especialmente cuando hablamos de una afiliación sindical y una participación tan baja.

2 comentarios

Juan Julián -

Esquirlas de aire: Eso estaría bien si todos los que critican a UGT y CCOO estuvieran afiliados a otro sindicato. Si no suena a lo que decimos: "¡qué mal lo hacen estos!, yo lo haría mejor" ¿Y por qué no lo haces? Insisto, los trabajos son mucho peor en las empresas donde no hay sindicatos (UGT y CCOO). Lo que pasa es que hemos perdido la referencia y es a los sindicatos a los que pedimos que nos suban el sueldo, pero eso lo tienen que hacer nuestros jefes. Para ello contaremos con la ayuda del sindicato, que es nuestro aliado, no el enemigo.

Esquirlas de Aire -

No, no, no se ataca a "Los sindicatos" no, sólo a UGT y CCOO, que ya no son sindicatos sino empresas capitalistas, parte de los engranajes del sistema.