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La página de Juan Julián Elola

SI LLEGAN PILLAR ASÍ A ALGUNO DE LOS NUESTROS, NOS LINCHAN

SI LLEGAN PILLAR ASÍ A ALGUNO DE LOS NUESTROS, NOS LINCHAN

Hay que tener poca vergüenza y mucha caradura para, con la que le está cayendo con temas de corruptelas o espionaje al PP, mirar para otro lado y centrar el debate en si el ex-Ministro de Justicia tenía o no licencia de caza en vigor en la Comunidad Andaluza. Y mucho más si el que reproduce estas descalificaciones es el chulesco Federico Trillo,  el ex-ministro de defensa. Alguien tan "honesto" y "legal" como  el del Yak-42 y los cadáveres repartidos sin identificar, por lo que todavía no ha dado explicaciones. Hay dos procesos aún pendientes en la Audiencia Nacional: uno sobre posibles irregularidades en la contratación del vuelo, y el otro sobre la falsificación de documentos en el proceso de identificación erróneo de las víctimas. No voy a justificar la metedura de pata de Bermejo, pero no deja de ser eso, una metedura de pata que se debería haber saldado con una simple reprobación y la correspondiente multa. No deja de ser una falta administrativa que se está intentando poner por encima de delitos reiterados y con cierta connivencia por parte de políticos. Políticos del PP, para más INRI, pero políticos, que es lo que cuenta. Porque lo que ensucian y lo que sale perjudicada es la política y los que somos políticos y honrados, que somos muchos más que de los otros.

Por cierto, ¿ha pedido disculpas Esperanza Aguirre por sus declaraciones sobre la enfermedad de Garzón ("no debe estar muy mal porque ya ha hablado con La Ser")?

Con lo que están descubriendo por ahí los jueces y los fiscales sobre las correrías económicas de ciertos individuos simpatizantes del PP, y ligados a cargos públicos del mismo partido, hay que tener mucha cara y una tremenda sangre fría para poder concentrar la mirada en el dedo que señala, sea el del fiscal, el del juez o el del Ministro, y no en la basura que se está descubriendo. Claro, que el PP se intentó identificar como el partido que iba a actuar contundentemente contra la corrupción y por tanto ahora, o lo hace con verdadera claridad, o se ve obligado a disimular. Tiene guasa que tras el Prestige sólo hubiera una dimisión, la de Carmona, del PSOE, y que ahora también aspiren a que sólo haya otra dimisión, la de Bermejo, también del PSOE.

Ya sabemos todos que no se puede afirmar nada hasta que no haya sentencia firme, y bla, bla, bla... Pero es que eso no es lo que exigen cuando se trata de hablar de personas implicadas, incluso indirectamente, pero que no pertenezcan a su partido. Están perfectamente capacitados para juzgar desde dentro si lo que hay son sospechas fundadas o simples rumores. Su forma de actuar, disimulando, indica que hay algo más, y bastante gordo. Y la existencia de sospechas fundadas debería bastar para actuar de forma preventiva (palabra con la que tanta guerra dió en su día Aznar). Porque de no hacerlo, lo que se desprestigia es la Política en general, y los políticos. Pero claro, es muy fácil exigirlo de los demás pero poner parches de manera desesperada cuando se trata de uno mismo. De momento, no parece que tengan ningún interés de hacer limpieza. Ni con lo de la corrupción económica, ni con el caso de los espías de la Comunidad de Madrid. Lo de la Comisión de Investigación en la Asamblea de Madrid es ya de escándalo. Las investigaciones se abren y se cierran sin intención de llegar al fondo de los asuntos, ni siquiera a tratarlo de forma superficial.

Pero, y ¿si llegan a ser de los nuestros? Nos eliminan del juego político durante años, como ha pasado en tantos pueblos y ciudades del país. Cuando alguien de mi Partido comete un delito por abuso de su cargo, por cohecho o por malversación, o simplemente, le acusan de ello, todos los socialistas somos acusados de lo mismo. Cuando en el Partido Popular se descubre todo lo que se está descubriendo, y parece que aún hay más, y su partido los arropa y los defiende, con lo que incurren en cierta complicidad con los delincuentes, no parece que pase nada. Y el PP no se esfuerza por tanto en separar esos garbanzos negros ni en dar explicaciones, participando activamente en su defensa hasta la sentencia y más allá. no están haciendo ningún esfuerzo por ver qué hay de verdad en ello, ni por depurar responsabilidades, aunque sea un poquito.

A nosotros no nos lo perdonan los medios de comunicación, y mucho menos los votantes. Seguramente es porque nuestros votantes nos siguen viendo como un ejemplo mayor de responsabilidad pública y de honradez. No hay más que mirar alrededor y ver que en cualquier pueblo donde haya habido un escándalo de corrupción de algún político del PSOE, salimos de la alcaldía y estamos fuera de la posibilidad de tenerla durante muchos, muchos años. Sin embargo me gustaría que alguien me señalase algún pueblo donde haya habido alguna cosa similar con políticos del PP y no hayan vuelto a ganar las siguientes elecciones. Y con mayoría más amplia, en muchas ocasiones. Ejemplos hay muchos, quien no los ve es porque no quiere.

Cuando algún socialista es pillado haciendo trampas con el dinero público, el castigo es grande. No sólo se castiga a ese político, sino a todo el Partido. Por eso es imprescindible que seamos exquisitos con quiénes son los que ponemos para encargarse de lo público. Se nos ha colado alguno y nos ha hecho  mucho daño. Seguro que alguno más se colará, porque es inevitable que haya gente con malas intenciones a la que no podamos pillar antes, o que la tentación sea más fuerte que la honradez. No pasa en el PSOE sólo, pasa en todos los sitios, y tanto en la política como en la empresa, en las asociaciones o en el resto de actividades. Pero nosotros tenemos que actuar con dureza contra cualquier atisbo de irregularidad que se dé en el PSOE. Porque si no pagamos todos.

Siempre he sido de los que han exigido y exigen "mano dura" contra todo aquello que sea deshonesto. En Madrid, con Simancas, aplicar la consigna de que "ni tramposos ni sospechosos" nos ha costado varios disgustos. Y algunos ayuntamientos que seguramente no recuperaremos en mucho tiempo: Morata, CiempozuelosHumanes, y alguno más. Nadie puede acusarnos de no actuar con presteza y con toda la dureza posible contra esos atisbos de irregularidades.

Pertenecer al partido es un orgullo, y tenemos que ser consecuentes con ello. Si se nos exige mayor demostración de honradez que a otros, en los mismos cargos, pues afrontarlo y demostrarlo.  Y al que "meta la mano en la caja, se le corta". Si presumimos de dedicarnos a lo público por vocación de servicio, tenemos que ser conscientes de que eso es lo que nos van a exigir los ciudadanos, y por tanto, cumplir con mayores cuotas de integridad que las que nosotros mismos le exigiríamos a cualquiera.

Tenemos que ser muy diferentes al PP en este aspecto. Mientras ellos echan balones fuera, tapan todo lo que pueden, miran para otro lado y exigen responsabilidades por sus actos a los demás, nosotros tenemos que demostrar una absoluta transparencia en la gestión de lo público. Por exigencias de los votantes, pero también por convencimiento de que es una responsabilidad muy grande la de representar a toda la clase política. Si a nosotros no nos perdonan nada, mejor. Lo que hay que conseguir es que no haya nada que perdonarnos.

De hecho, me alegro de comenzar criticando la actitud del PP acerca de sus escándalos, y terminar pidiéndole a mi Partido la máxima dureza para tratar casos similares. Pero eso no quita que me gustaría ver en los peperos un atisbo, aunque fuera mínimo, de iniciar la depuración de responsabilidades.

 

 

1 comentario

Emilio Jorrin -

Leyéndote hoy, amigo Juan Julián, he recordado un cuento-realidad que circulaba en mi pueblo:

Resulta que con frecuencia el señorito cacique (ricachón del pueblo, hoy pepero) iba a la taberna y se emborrachaba. Al día siguiente se comentaba en el pueblo: ¡Hay que ver! don fulano anoche, como se divertía, que alegre es, qué simpático…

También iba a la taberna el herrero (socialista) trabajador y honrado con la garganta seca de la fragua y también bebía . El comentario al día siguiente: !Qué sinvergüenza, qué borracho…

Moraleja: El señorito pepero, se divierte. El herrero socialista es un borracho.

Un saludo. Emilio