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La página de Juan Julián Elola

HA FALLECIDO EL ÚLTIMO DE LOS BRIGADISTAS IRLANDESES, BOB DOYLE

HA FALLECIDO EL ÚLTIMO DE LOS BRIGADISTAS IRLANDESES, BOB DOYLE

El infatigable luchador, Bob Doyle, que era un asiduo visitante de España, y que ya estuvo con nosotros en Vicálvaro en febrero de 2008 en el acto de homenaje a las Brigadas Internacionales, falleció el día 22 de enero de 2009. En nuestra Agrupación ya estábamos preparando qué podíamos organizar éste año para recibirlo, cuando nos enteramos de su ingreso en el hospital y, finalmente, del triste desenlace de su enfermedad.

Todavía recuerdo emocionado como Bob, a sus 92 años, se levantó de su silla de ruedas con suma dificultad y, apoyado en mi brazo, levantó el puño para cantar "La Internacional", frente a un Auditorio del Centro Cultural "El Madroño", abarrotado de gente y banderas.  Habíamos tenido que desmontar una mesa para subirle al escenario sin bajarle de la silla, ya que no hay acceso a minusválidos y no podía andar; pero el espectáculo que se veía desde allí al final del acto le hizo incorporarse torpemente y saludar a los asistentes. Sinceramente, me causó una enorme impresión.

Estoy sumamente orgulloso de haberle conocido y de haber podido compartir algunos ratos con él. La BBC rodó un documental, cuya presentación os pongó en este enlace. Su discurso en el aniversario de la Batalla de El Jarama en el año 2007 me pone los pelos de punta por su energía (con 91 años) y su actualidad, a pesar de todo lo vivido y sufrido.

Pongo aquí una foto en la que está con la muchos compañeros de la Vicálvaro.

Y otras fotos de Bob en los actos.

¡Salud, camarada! ¡Hasta siempre!

Reproduzco aquí la necrológica que me ha hecho llegar Seve, organizador durante estos últimos años de los actos de aniversario de las Batallas de "El Jarama" (especialmente este año) y "Brunete":

Ayer murió el último brigadista irlandés, Bob Doyle, a los 92 años de edad. El 12 de febrero hubiera cumplido un año más, pero su corazón le falló. Durante al año 2008 acudió como protagonista a numerosos eventos en Irlanda, Reino Unido, donde vivía, y España, su segundo hogar. Estuvo, como solía hacer todos los años, en las marchas del Jarama y de Brunete. Participó, a finales de octubre, en los actos del 70 aniversario de la despedida que Barcelona dispensó a las Brigadas Internacionales, donde pudo volver a escuchar las históricas palabras de la Pasionaria:

Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos, los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español…”

Semanas después marchó a Belfast para presidir la inauguración de un monumento a las B.I. Y allí cayó herido por una penosa neumonía que el sistema de salud británico

el otrora famoso Nacional Health Service- no supo tratar a tiempo. Casi dos meses en los cuales Bob ha estado luchando contra la muerte como lo había hecho en tantas ocasiones en su azarosa vida de rebelde sin pausa

, como lo caracterizó la BBC en un buen documental emitido en los años noventa.Duffy). Y cuando estalló la guerra civil no dudó en incorporarse al torrente de miles de voluntarios antifascistas que vinieron a España a defender la República y la democracia amenazadas. En marzo de 1938 fue hecho prisionero en Calaceite por una unidad fascista italiana, los Flechas Negras, y enviado al campo de concentración de San Pedro de Cardeña, de donde salió 11 meses después.

Bob nació en Dublín el año 1916, el mismo en que se produjo el conocido alzamiento popular de Pascua contra la dominación británica. Su familia, como tantas otras de la clase trabajadora, se vio azotada por la pobreza histórica de una Irlanda colonizada, una pobreza que se agravó en los años treinta como trágica secuela la crisis del 29. La calle y las movilizaciones sociales de aquella década enseñaron a Bob lo que las escuelas católicas regentadas por monjas le habían ocultado: que los seres humanos tiene unos derechos que la sociedad capitalista, sí la sociedad capitalista, no da gratuitamente; hay que ganarlos con la lucha constante.

El joven Bob adoptó pronto una actitud de sana rebeldía que le llevó a participar en las luchas por el trabajo y la vivienda y contra la ola fascista que se extendía por Europa y por la propia Irlanda (los camisas azules de O

Bob prosiguió el combate contra el fascismo durante la segunda guerra mundial y, al término de ésta, se instaló en Londres. Se casó con una emigrante asturiana, Lola, y fundó una familia que ha dejado dos hijos, Roberto y Julián, y numerosos herederos. Pero el principal legado de Bob ha sido su disposición constante a la lucha en defensa de los humildes, de los oprimidos. Así lo hizo como sindicalista de base en el gremio de artes gráficas y también como ciudadano comprometido en la lucha por la paz, la igualdad y el progreso. Y tal como lo hizo él, así intentó transmitir su ejemplo a las siguientes generaciones. A esa idea respondió su voluntad de escribir sus Memorias, publicadas por la AABI, y de acudir a cuantas reuniones se organizaran para recordar a los luchadores de la libertad. En España pudimos escuchar su mensaje en numerosas ocasiones, unos discursos clarividentes que constituían, más allá de un recuerdo nostálgico del pasado, una llamada a la acción. Por eso muchos de sus discursos terminaban con su frase más querida:

Nuestra lucha por la liberación de la humanidad continúa

 

Severiano Montero, miembro de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales.

1 comentario

Franesco -

Descanse en paz este valiente.