72 HORAS EN SOCUÉLLAMOS (primera parte)
Aprovechando el puente me he acercado a Socuéllamos, invitado por mi amigo Alfonso Montero, de Autoescuelas Montero. Es un pueblo medianito, de la zona más quijotesca de la Mancha, cuyos paisajes tan llanos y cultivados me recordaban bastante a los de la zona de Honrubia. Lo que más destaca del pueblo, al menos a mí me llama la atención, es el compromiso que tiene con la Seguridad Vial. Guiados por Alfonso, que es un verdadero entusiasta, es una de las poblaciones españolas más comprometidas con el tema. Ese era el principal motivo de mi visita, que ha sido una mezcla de acto oficial con ocio personal, por lo que la verdad es que no he parado. Tres intensos días, y terminamos agotados, el que más mi hijo Guillermo. Pero con un montón de experiencias y, sobre todo, de nuevos amigos en una zona que espero no tardar en volver a ver.
La llegada fue el mismo jueves, día de los Santos, a la hora de comer. Comimos en el Restaurante del Bar el Portón, donde también estábamos alojados, y hay que reconocer que la comida, sin ser muy cara, fue excelente. El alojamiento era muy cuco y todo nuevo, lo que es de agradecer.
Por la tarde, después de dar una vuelta por el pueblo y conocer la autoescuela y aprender algunas cositas sobre el manejo de la página web (que he aprendido muy mal, porque no sé aplicarlas), pasamos por la feria. Sí, la feria. Aunque parezca extraño, Socuéllamos es un pueblo que celebra fiestas en el puente de Todos los Santos. Por lo visto, según me explicó Ernolando Parra, al que vi el sábado, la tradición viene de una feria que se hacía después de la vendimia, cuando la gente tenía algo de dinero, puesto que en el verano, en el pueblo era bastante escaso.
Por la noche, al festival de teatro. Es un festival de bastante calidad que se celebra todos los años. El primer día era el miércoles, que claro, no lo vimos. La segunda obra, la del jueves, se titulaba "cafés y pasta", y estaba totalmente realizada (guión incluído) por gente de Socuéllamos. Estuvo bastante bien y la verdad es que se puede decir que los actores se portaron como verdadero profesionales. Todo el mundo salió encantado, y fue un éxito de "crítica y público". Si alguno, por casualidad, me lee, quiero aprovechar para darle mi más sincera enhorabuena. A mi me encanta el teatro y me pareció que respondieron perfectamente, muy por encima de las expectativas. Fue divertida, y se reían tanto de los "de pueblo" como del "sobrino de Madrid". El lenguaje de los mayores era muy manchego, con sus "gatetes" y "las perras" o "los cuartos", y, la expresión "riquismo", que siempre me choca bastante. No dicen "guacho", como en Honrubia. Añaden una descripción bastante exacta de cómo mi abuelo me decía que había que vendimiar. Eso es que a todos ellos se lo han contado más o menos igual (no hay que confesar a las cepas) Repito que la obra me gusto muchismo.
A cenar, por fin (ya eran las 12) al Cuatro Estaciones, una cafetería bastante mona situada cerca de la zona de marcha.
Iré contando más esta tarde o máñana, y trataré de subir las fotos, que tengo algún problemilla todavía.
2 comentarios
Reyes -
Un saludo
Juan Carlos -
Juan Carlos Ortiz ("El cura")