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La página de Juan Julián Elola

Enseñanza durante la II República: Investigación y Ciencia

Enseñanza durante la II República: Investigación y Ciencia

La época de la II República supuso una verdadera Edad de Plata para la ciencia española, merced a la labor de la Junta para la Ampliación de Estudios. Se establecieron pensiones para los investigadores, se crearon instituciones de investigación y nacieron estrechas relaciones, fomentadas y mantenidas económicamente desde la administración pública, con instituciones y científicos extranjeros. La Junta para la Ampliación de Estudios, embuída del espíritu de la Institución libre de Enseñanza, fue dirigida por Ramón y Cajal durante la República.

La creación y dotación de el Instituto Cajal, el Instituto Nacional de Física y Química, el Centro de Estudios Históricos, la Sociedad Española de Historia de la Ciencia, el Laboratorio de Histología y Cultivo de Tejidos, y otras instituciones y laboratorios convertían a España en un foco científico que figuraba en el panorama de los estudios internacionales. Estos embriones de un verdadero sistema de ciencia fueron frenados en seco por la Guerra Civil Española.

El parlamento republicano contaba con un nutrido grupo de científicos de distintas áreas. Juan Negrín, que ya a principios de los años 20 era un reputado médico fisiólogo, se convirtió en Presidente de la República entre los años 37 y 39. José Giral, bioquímico, fue Presidente en el exilio republicano.

La persecución desarrollada por el bando golpista supuso un retroceso de iguales proporciones al avance histórico que se había vivido en la época anterior. Los rectores de la Universidad de Oviedo (Leopoldo García-Alas Argüelles, hijo de "Clarín"), Valencia (Juan Bautista Peset Aleixandre) y Granada (Salvador Vila Hernández, y su cuerpo tirado en el barranco de Víznar, al igual que Lorca) fueron fusilados. Numerosos científicos y universitarios fueron expulsados de sus cátedras mediantes expedientes de depuración política. El exilio y la peregrinación por el extranjero afectó a una parte importante de los científicos españoles.

Sufrieron exilio, entre otros muchos, figuras de la talla de los biólogos Severo Ochoa, Francisco Grande Covián y  Enrique Rioja Loblanco, físicos como Blas CabreraArturo Duperier Vallesa , químicos como Enrique Moles, matemáticos como Enrique González Jiménez, Ricardo Vinós Santos o Lorenzo Alcaraz, ingenieros como Francisco Rived Revilla, astrónomos como Pedro Carrasco Garrorena o Marcelo Santaló, oceanógrafos como Odón de Buenfilólogos como Tomás Navarro Tomás, pedagogos como José Castillejo o Lorenzo Luzuriaga, filósofos como Juan David García Bacca, ensayistas como Anselmo Carretero, y otros intelectuales,como los escritores Manuel Azaña, Max Aub, Ramón J. Sender, Arturo Barea, Manuel Andújar, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Luis Cernuda, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Paulino Massip, el cineasta Luis Buñuel, artistas como Gausachs, Óscar Domínguez o Pablo Ruiz Picasso, historiadores como Claudio Sánchez Albornoz,  y tantos otros que luego lograron mayor o menor fama en el exterior.

La imagen procede de la revista de la Universidad Autónoma de Madrid, de su artículo "La Ilustración Española del Siglo XX: 1907-1939. La Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas"

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