Primer día de trabajo tras mi breve estancia en el Congreso

Aunque esta vez ha sido una presencia casi testimonial, todas las despedidas son tristes. Gentes a las que veías y con las que tratabas desaparecen de tu vida, cuando menos casi por completo. Unido a la incomodidad de saberte menospreciado en la elaboración de las listas actuales por parte de los mismos que confiaron en ti y a los que crees que ni tu trabajo ni tu actitud ha podido defraudar. Si me gustaría aquí quejarme de aquellos que pensaron que votábamos en el Congreso pensando en seguir en las listas. Qué casualidad que los que sobresalieron por "apartarse del camino oficial" son precisamente los que siguen, y los que seguimos "las órdenes del Partido" estamos fuera en la mayoría. Entrecomillo porque eso es lo que se dijo de nosotros en muchos foros, aludiendo a que lo hacíamos por seguir en el sillón, y ya dije que precisamente el haberse pronunciado contra la disciplina de Partido era la mejor garantía para hacerse imprescindible, y no lo contrario. Se nos ha criticado por someternos a los "designios del Partido", aunque yo sé que todos tenemos nuestra moral tranquila porque votamos en conciencia lo que creíamos que era mejor.

Se compensa el malestar con el reencuentro con mi lugar de trabajo habitual al que hoy me reincorporo. No puedo quejarme, mi trabajo y mi vida fuera de la política "profesional" también son intensos e interesantes.