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La página de Juan Julián Elola

Ejemplo de sanidad en EEUU actualmente: le hemos realizado algunas de las pruebas necesarias para su diagnóstico, y, en vista de los resultados, podemos concluir que se le ha acabado el dinero.

Ocho presidentes lo intentaron, pero ha tenido que ser un Presidente valiente y convencido de la necesidad de un sistema universal de sanidad en Estados Unidos el que, por fin, lo haya conseguido. No se tratará de un proyecto tan grande, universal y de tanta calidad como los europeos, pero al meno se evitará que una gran parte de la población quede fuera de toda cobertura médica y que, incluso los que están cubiertos, tengan grandes lagunas en su asistencia sanitaria. 45 millones de estadounidenses no han tenido cobertura sanitaria alguna hasta ahora, según el propio Obama. Gracias al nuevo planteamiento, no se morirá gente en la primera potencia económica mundial por falta de asistencia médica a consecuencia de sus recursos económicos o de la falta de cobertura de su seguro sanitario. Esperemos que la frecuente frase "le hemos realizado algunas de las pruebas necesarias para su diagnóstico, y, en vista de los resultados, podemos concluir que se le ha acabado el dinero" desaparezca de los usos y costumbres yankees. Obama se ha jugado su legislatura con esta apuesta. Pero afortunadamente para los ciudadanos de su país y, en general, para todos los que consideramos la justicia social como base de nuestra conducta, ha ganado y ha salido reforzado.

Son los demócratas en Estados Unidos los que van construyendo una socialdemocracia "a la americana", con las políticas de Roosevelt, Kennedy, Johnson (el que fundó el "medicare", para los mayores de 65 años), Carter, Clinton y ahora Obama.

La reforma se basa en controlar a las aseguradoras e impedir sus abusos, y extender la cobertura sanitaria a 45 millones de personas, de forma que casi todos los ciudadanos queden protegidos, lo que actualmente no sucede. Ni siquiera hay que hablar de pobreza. Cualquier español medio no podría pagar los gastos que ocasiona una enfermedad grave o de larga duración, porque están muy por encima de nuestras posibilidades, aunque haya quien crea o quiera hacer pensar lo contrario. Un español, para un europeo en general, no se plantea tan siquiera que en un país rico, la principal causa de ruina para una familia sea la enfermedad grave de uno de sus miembros, que, incluso si cuentan con un seguro sanitario aceptable, les provoca una serie de gastos que es muy difícil que puedan asumir. Y es que los seguros americanos están llenos de trampas, de exclusiones, de limitaciones de gasto o de uso y de copagos obligatorios, lo que pone en un verdadero apuro económico a cualquiera. Aconsejo para quien quiera documentarse de una manera entretenida, que vea la película "John Q", protagonizada por Denzel Washington. Y en ella no se trata de una persona sin recursos que no tiene dinero para pagar, que esos están en peor situación aún, sino de un trabajador normal, con seguro sanitario privado, pero al cual le han cambiado las condiciones de su póliza y ya no cubre un transplante de corazón para su hijo. Una operación tan cara y compleja, y con tantos gastos aparejados (estudios genéticos, ingresos, medicaciones, revisiones...) que es imposible que cualquier económia familiar, por boyante que se crea, pueda pagar. También el documental Sicko, de Michael Moore, habla sobre este tema.

¿Qué supondrá la reforma? Muy esquemáticamente, de manera inmediata con la nueva ley las compañías de seguros, en las pólizas nuevas, no podrán limitar la cobertura en caso de enfermedad, ni imponer límites de gasto; tampoco podrán negar cobertura a los niños recién nacidos; el gobierno ayudará los enfermos sin cobertura sanitaria de aquí a 2014; los padres podrán mantener en su seguro a sus hijos hasta los 26 años (el 40% de las personas sin seguro tiene menos de 24 años) y los mayores de 65 años con dificultades para pagar los medicamentos recibirán ayudas en farmacia.Lo más importante es que, a partir de 2014, será obligatorio el aseguramiento médico para la mayor parte de la población y para los empresarios, bajo pena de multas. Están previstos subsidios para las familias que estén por debajo de cuatro veces el nivel de pobreza, la ampliación del "Medicaid" (para los  más pobres), desgravaciones fiscales así como la creación de consorcios de seguros en cada Estado para conseguir abaratar las pólizas a desempleados, autónomos y pequeñas empresas. 

La derecha estadounidense se ha echado encima usando las medias verdades, o directamente la mentira y la demagogia más exagerada. Afortunadamente, las primeras consultas ya indican que cada vez son más los ciudadanos convencidos de que las mejoras que va a introducir la reforma son positivas. Y desde el equipo de Obama esperan que esta aceptación mejore según vayan más ciudadanos recibiendo las ventajas que el nuevo sistema les proporciona. Y es que son positivas para una inmensa mayoría, e imprescindibles para muchos de ellos, que no tienen actualmente ningún tipo de asistencia asegurada. Si no pueden pagar en ese momento, simplemente no acudirán al médico o no serán tratados. Los neocon, utilizando un montón de millones de dólares en una campaña por todo el país, han intentado crear la sensación de que esta propuesta llevará al caos, a la desaparición de la calidad sanitaria en EEUU y a la total quiebra del sistema económico. Sin embargo, organismo técnicos independientes, como el Comité Presupuestario del Congreso calculó en 940.000 millones de dólares el ahorro que supondrá en general para el gasto sanitario en los Estados Unidos en los próximos 10 años, y en ese tiempo se reducirá el déficit presupuestario en 143.000 millones de dólares. Uno de los asesores del Gobierno de Aznar, Florentino Portero, también ha apoyado estas tesis e incluso afirma que el aseguramiento sanitario universal va contra el espíritu de la sociedad estadounidense. ¡¡Y culpa a la sanidad pública y al Estado del Bienestar de la pérdida de fuelle de las potencias europeas!!

El New York Times, favorable, opina que “Estados Unidos es el único país avanzado que no ofrece ni garantiza la cobertura de salud para prácticamente todos sus ciudadanos y abar con esta negligencia inexcusable es una obligación moral hacia los trabajadores estadounidenses". O sea, que hay medios favorables a la reforma.

Nigún español se plantearía: "como llevas un tiempo con esas molestias intestinales, a ver si ahorramos y en un par de meses puedes ir a que te lo miren", aunque lo veamos en las películas o en las series de televisión. Nos parecen propios de otro mundo o, con frecuencia, lo achacamos a que esa persona tiene intención de ir a un sitio especial para que le hagan un estudio por los mejores especialistas (algo tipo House) Pero no, es que si no tienes dinero o un seguro médico para una ecografía, no te van a hacer la ecografía. ¿Para qué ir al médico entonces? Mejor esperar a tener dinero para las pruebas. Igual que tampoco asumimos eso tan frecuente de que se abra una cartilla al niño al nacer donde se va depositando dinero con el fin de pagarle la universidad. En España nos lo tomamos como que claro, quiere una universidad especial. Pero no, es que la universidades cuestan dinero, y mucho, no las hay gratuitas y buenas, como en Europa. Y si ese dinero que se está ahorrando se gasta para cualquier necesidad, pues el chico o la chica se quedan sin estudios. ¿Cuántas veces hemos visto esta situación como argumento de una serie de televisión?

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