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La página de Juan Julián Elola

DESPUÉS DE UNA GUERRA CIVIL

DESPUÉS DE UNA GUERRA CIVIL

Acaba de terminar la Guerra Civil. El General en Jefe del ejército victorioso, ante sus tropas y un fuerte contingente de las fuerzas derrotadas, recién capituladas, argumenta a sus soldados:

"La guerra ha terminado. Los rebeldes vuelven a ser nuestros compatriotas y la mejor expresión de regocijo que podéis hacer después de la victoria será precisamente abstenerse de cualquier manifestación de regocijo que pueda herir sus sentimientos"

Ni me he vuelto loco ni esta frase pertenece a la ficción. La pronunció el General Ulysses S Grant ante sus tropas y los prisioneros sudistas en Appomatox, el día 9 de abril de 1865, tras firmar con el General Robert E. Lee la capitulación del Ejército del Norte de Virginia.

Después de ésto, los caballos que formaban parte del Ejército de la Confederación (los sudistas) fueron dados a los oficiales y artilleros sudistas que los habían manejado y se repartieron 25.000 raciones entre las hambrientas tropas confederadas.

Se mandó a sus casas a los soldados y oficiales del ejército rendido y los prisioneros de guerra fueron liberados. Se les aseguró que no serían molestados mientras "cumplan la ley y la palabra de no alzarse en armas contra el ejército de los Estados Unidos". Y volvieron a sus casas, a cultivar la cosecha.

Se dejó a los oficiales incluso que mantuvieran sus "armas de cinturón" y  muchos de ellos fueron rehabilitados y se les permitió reincorporarse al ejército Federal, el vencedor. De hecho, cuando empezó la Guerra de Cuba, el cónsul de los Estados Unidos en La Habana, Fizthugh Lee, había sido general en el ejército confederado durante la Guerra Civil Americana y esa condición no le impidió ser congresista (diputado) después de la guerra. Incluso el Presidente de los Estados Confederados de América, Jefferson Davis, cumplió sólo 2 años de prisión (1865-1867) y 2 años de exilio en Canadá, tras los cuales volvió a Estados Unidos y pudo desarrollar su vida normalmente.

Inmediatamente después del conflicto, Norte y Sur instituyeron un día de la Condecoración, como tributo anual a sus muertos. En este día se honraba a los caídos y se celebraban desfiles por parte de los veteranos de los dos bandos.

Los campos de batalla de la Guerra Civil Americana siguen conservándose como museos al aire libre, manteniendo recorridos de los principales sitios del conflicto para los visitantes. En estos santuarios, donde reposan muchos de los combatientes, se sigue honrando la memoria de todos los fallecidos en esa guerra.

NO TODOS PIENSAN QUE EL FINAL DE UNA GUERRA CIVIL CONSISTE EN EXTERMINAR COMPLETAMENTE AL ADVERSARIO. Claro, que allí se pensaba en una democracia donde convivieran todos.

Contrasta esta actitud claramente con las declaraciones de Queipo de Llano, justificando asesinatos y violaciones, que llevaron a lo que llevaron incluso mucho después de terminada la guerra:

Nuestros valientes Legionarios y Regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombre de verdad. Y, a la vez, a sus mujeres. Esto es totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen.

Mañana vamos a tomar Peñaflor. Vayan las mujeres de los "rojos" preparando sus mantones de luto.

Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad.

O las de Mola:

En este trance de la guerra yo ya he decidido la guerra sin cuartel. A los militares que no se han sumado al Movimiento, echarles y quitarles la paga. A los que han hecho armas contra nosotros, contra el Ejército, fusilarlos. Yo veo a mi padre en las filas contrarias y le fusilo.

Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado. Desde luego, serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al movimiento, aplicándoles castigos ejemplares a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas

Hay que sembrar el terror. Hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros.

No es posible encontrar declaraciones ni remotamente comparables entre los líderes de la República (recordemos que eran los Gobernantes democráticamente elegidos por el pueblo, por si a alguien se le olvida)

Incluso alguien tan poco sospechoso como César Vidal, en su libro "La Guerra de Franco", cifra en un cuarto de millón las personas muertas por la represión franquista, y en su análisis de la victoria franquista destaca como motivo número 2 (tras el mejor material y refuerzos de los rebeldes) el uso del terror como arma militar por el bando alzado, afirmando incluso que los generales nacionales "ordenaron y consintieron fusilamientos en masa" y "en la zona republicana se produjeron millares de asesinatos, pero los mismos, aparte de la repulsa moral que indiscutiblemente merecen, no revistieron en términos militares el grado de generalización, oficialidad y finalidad del terror desarrollado en la zona rebelde". Y finalmente reconoce que "[las matanzas] no encajaban con la intención de las autoridades republicanas y, por ello, tuvieron que realizarse en secreto y fueron suspendidas, para no volver a reanudarse, cuándo aquellas [las autoridades republicanas] recuperaron mínimamente el control". Y es César Vidal ¿Le conocéis?

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