VISITA AL TEMPLO DE DEBOD, EN MADRID
Creo que todos los madrileños hemos oído hablar del Templo de Debod, traído del mismo Egipto y puesto en el Parque del Oeste, al lado de la Plaza de España, justo donde se ubicaba el Cuartel de la Montaña. Sin embargo, me temo que pocos lo han visitado, como tantos otros lugares de interés en nuestra ciudad. El acceso es muy sencillo, y es una de las pocas zonas de Madrid donde se aparca sin demasiada dificultad. Pasada por agua, por lo mucho que llovió el sábado, pero fue una mañana entretenida.
El Templo de Debod es un antiguo templo egipcio, comenzado a construir hace 2.200 años, y que fue uno de los edificios rescatados de la inundación producida tras la construcción en el Nilo de la Presa de Asuán. Su historia tiene bastante interés. Se trata de un templo del sur de Egipto, en el poblado de Debod, en Nubia, cerca de la primera catarata. Fue comenzado a construir por el monarca Adjalamani (de los meroes, no egipcio), y continuado por varios faraones e incluso emperadores romanos. Abandonado durante siglos, estaba en bastante mal estado cuando fue rescatado de su destino bajo el agua y donado por Egipto a nuestro país en reconocimiento por su ayuda.
Es uno de los pocos edificios egipcios que existen fuera de la región. Su aspecto exterior, con una sóla edificación pequeña, engaña sobre el contenido que existe en su interior, bastante complejo y rico en historias. Casi todas las paredes están adornadas con relieves de los que, desafortunadamente, los años han borrado la pintura, pero que se adivinan impresionantes en la época en que estaban decoradas. Además el recorrido es breve y muy bien informado por los guías que acompañan al visitante. En teoría hay actividades programadas, pero eso, como tantas cosas, no parece ocupar mucho tiempo a nuestros responsables municipales, cuya página está vacía de contenido.
Yo he puesto algunas fotos, incluyendo las que tienen como fondo el skyline de la Plaza de España, pero si alguien quiere ver más, en cualquiera de los enlaces hay galerías completas del interior y el exterior. Y si no, lo mejor es acercarse, que es una visita cortita y muy amena.
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