JORNADA SOBRE ATENCIÓN PRIMARIA DEL PARTIDO SOCIALISTA DE MADRID

El sábado, 19, entre las 9:30 y las 14:00, estuvimos en el Centro de Formación para el Empleo, de Fuenlabrada, debatiendo sobre las políticas sanitarias que hacen falta para mejorar la Atención Primaria en nuestra Comunidad. Por parte de Vicálvaro acudimos Luis Mancera y yo mismo. Si hay algo en que todos estábamos de acuerdo es que hacen falta más recursos, más presupuesto. En Madrid, en el año 2008, la asignación presupuestaria para la sanidad ha descendido en un 0,7%, en lugar de aumentar.

El saludo lo realizó Manolo Robles, Alcalde de Fuenlabrada, que denunció el acoso a la sanidad pública por parte del Gobierno Regional,. Añadió unas palabras sobre la grave situación que atraviesan las urgencias en TODOS los hospitales de la Comunidad de Madrid, no de forma circunstacial, por un brote de gripe, sino de manera continua, por un fallo estructural del sistema sanitario en Madrid.

Actúe como moderador en la Mesa 2, que era sobre la vigencia del modelo de atención primario, mientras que Luis se interesó por participar en la mesa 3, sobre la necesidad de una reforma de la zonificación en la Comunidad. 

Las principales conclusiones a las que se llegó en mi Mesa, en la ponencia expuesta por Pepe Olmedo fue, que, aunque sin duda se ha mejorado en los 20 años de funcionamiento, no se ha conseguido dedicar todo el tiempo que se necesita a la promoción de la salud, sino que se dedica todo a la atención a la enfermedad, principalmente por la saturación de los profesionales.

El modelo sanitario, que fija la Ley General de Sanidad, de 1986, configura la Sanidad Española como un sistema Universal, gratuito y con acceso financiado a las medicinas (gratuito también para bastantes colectivos), que se rige por los principios de equidad y solidaridad (encaminados a la mayor igualdad en la accesibilidad desde cualquier punto del país), con un fundamento económico sostenible y, sobre todo, orientado a la Atención Primaria. Todas las estadísticas indican que hay  mejores resultados en cuanto a salud poblacional y un menor a gasto sanitario en los países que fundamentan su atención sanitaria en la Atención Primaria.

Estos principios, sin embargo están siendo perdidos a favor de un nuevo modelo de asistencia. Los niveles de satisfacción siguen siendo muy altos, pero se mantienen especialmente en cuanto a la atención personal. Se asiste a un deterioro claro del sistema público en paralelo a la potenciación de la atención sanitaria privada.

Se han producido aumentos en la demanda, en parte por cambios en la sociedad, que suponen una mayor dificultad. Podemos destacar el aumento poblacional (sobre todo en niños y personas mayores, los colectivos con mayor demanda de atención), la burocratización del sistema, por la no modernización de los papeles, la mayor necesidad de atención psico-social (el médico sustituye muchas veces al cura), la influencia de los medios de comunicación y las campañas publicitarias que hacen medicalizar situaciones que pueden considerarse normales, como un catarro vulgar; la mayor información y conocimiento del paciente que le dirige a la búsqueda de diagnósticos tecnológicos, no fiándose del diagnóstico clínico tradicional... Esto lleva a un desprestigio del médico de Atención Primaria, más notorio en las grandes ciudades.

Por otra parte, se produce una falta de recursos que se va agravando por años (este año sólo el 11% de los presupuestos sanitarios son para la Sanidad), una grave falta de medios que se ve acrecentada por las concertaciones de pruebas de la sanidad pública con los centros privados, lo que deriva el dinero que se tendría que dedicar a comprar tecnología a ser gastado para su "alquiler", mientras las clínicas privadas renuevan su aparataje con estos fondos públicos. Ello conduce a una insuficiente capacidad de resolución de la medicina de atención primaria, que se ve obligada a derivar al especialista casi todas la enfermedades con una cierta entidad.

La dos cosas unidas (saturación y malas condiciones de trabajo) han llevado a una desmotivación del profesional de la sanidad.

En las intervenciones, que fueron muchas durante las dos horas de debate, se hizo mucho hincapié en que se debe reforzar la educación sanitaria de la población, especialmente en cuanto al "uso correcto" de la red sanitaria para regular la demanda de forma organizada. Esta educación debe incluirse incluso desde los colegios, como especificó Paz Martín, de Móstoles. La prevención primaria y secundaria, y la formación específica para los enfermos crónicos debe ser mucho más importante que el tratamiento. En ese sentido se recalcó que las enfermeras, quizá las grandes olvidadas en los centros de salud, deberían encargarse de una forma más directa e importante de este trabajo.

Dos reclamaciones que salieron de forma reiterada fueron las del cambio de modelo de receta y que desde el PSOE se debe concretar un modelo claro de asistencia médica, basado en la Atención Primaria, con equipos multidisciplinares y que funcionen. Otra queja importante y compartida es la de la mala gestión, que es uno de los principales motivos de deterioro de la Sanidad, aparte de la falta de presupuesto, y que en este caso afecta a muchas comunidades autónomas, incluyendo a algunas en que gobierna la izquierda. Respecto a la política de personal, se insiste en una mayor motivación e incentivación de los profesionales, una mejor organización y gestión de los centros, una política de personal racional y más eficaz, que no se permita el cambio de modelo, introduciendo el SUMMA 112 como método intermedio de entrada en el sistema, y jornadas más racionales con sábados y urgencias contratadas de forma específica.

La nueva descentralización, con el traslado de competencias de las comunidades a los ayuntamientos, especialmente en atención primaria, y con la creación de los consejos de salud de distrito, como forma de participación de los ciudadanos y de los ayuntamientos en la política sanitaria.

Toño Espino recalcó que estamos más cerca en cuanto a funcionamiento de la Ley de Hospitales, de la dictadura, que de la Ley General de Sanidad.