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La página de Juan Julián Elola

CASO DEL HOSPITAL SEVERO OCHOA DE LEGANÉS: SALE LA SENTENCIA Y ES ABSOLUTORIA

CASO DEL HOSPITAL SEVERO OCHOA DE LEGANÉS: SALE LA SENTENCIA Y ES ABSOLUTORIA

LUIS MONTES NO PROVOCÓ LA MUERTE DE SUS PACIENTES. Efectivamente, como llevo defendiendo durante años, no había nada oculto en el Hospital de Leganés. Será casualidad, pero esto no lo ha decidido el juez hasta un mes después de las elecciones autonómicas. 

Atendiendo a una denuncia anónima, que acusaba al equipo de Luis Montes, coordinación de urgencias, de haber asesinado a 400 enfermos terminales, la Consejería de Sanidad de la Comunidad, dirigida por Manuel Lamela, emprendió una verdadera cruzada contra las formas de actuar de estos médicos, basándose, únicamente, en que “Dios lo quiere” (o algo así) El texto de la denuncia es verdaderamente demencial. No hace falta ser experto para inturi que lo ha escrito una persona con una paranoia grave (hablando en términos médicos) y que ha perdido totalmente el contacto con la realidad. Vale la pena perder 10 minutos para leerlo completo, con un poquito de análisis crítico y de distancia. Las acusaciones son absurdas y el nivel de complicidad que se requiere por tan gran cantidad de personal (médicos, enfermería, conserjes, auxiliares,....) es tanto que es ilógico que alguien se lo crea, salvo que se mueva en las "teorías de la conspiración" (y además no haya estado nunca en un hospital y no sepa cómo funciona, en tres turnos y con cantidad de personal diferente) Claro que todo se puede hacer en una población con "bajo nivel cultural", como dice la denuncia. Tengo muchos amigos en Fuenla y en Leganés, espero que les hierva la sangre por este insulto que les hace el denunciante, que supuestamente tiene alto nivel cultural. Eso sí, tener alto nivel cultural no implica no ser gilipollas.

 No había ninguna prueba, ningún hecho demostrado, si quiera había algún indicio de que se habían confabulado para practicar una eutanasia activa, sin permiso ni control por parte de nadie. Lo peor es que el único fin que la denuncia ponía a esta “práctica” era ahorrar dinero a la seguridad social.  Como si el Doctor Montes fuera un loco peligroso, tan peligroso como para estar dispuesto a matar a todos los mayores de Leganés, compinchado, eso sí, con todo el equipo (médico y no médico) del hospital, y tan loco como para pensar que el único beneficio que se obtiene de esto es depurar las cuentas de “su” hospital, ahorrando algún día (a veces simplemente horas) de estancia en cama a estas personas, terminales, cuyo pronóstico, según todos los expertos, era el fallecimiento en unas horas.

 

Lamela, a pesar de que tenía pruebas por las inspecciones anteriores, y de que su propia Consejería había realizado informes e inspecciones, siguió adelante con la acusación y, al ver que no podía continuar porque no había nada que avalara su decisión, lo traspasó a los juzgados, intentando (y consiguiendo) prolongar el proceso hasta después de las elecciones autonómicas (por los pelos, hay que decirlo) De hecho, las dudas que se iban manteniendo en los juzgados no eran sobre la actuación de los médicos, que parecían intachables, sino sobre las distintas valoraciones y las contradicciones que se producían entre los peritos a los mismos casos. Como dijo áquel: “Manda huevos”

Para colmo, la solución que se ha planteado es la de alejar a todos los médicos "sospechosos" de los cargos de dirección. Claro, que eso implica que el Doctor Montes y "los suyos", que no estaban atendiendo enfermos sino en tareas orgánicas del hospital, ahora están de verdad recetando y mandando medicación a los que pasan por el hospital. Si antes, que no tenían esa responsabilidad y trato directo con los enfermos, se supone que eran un peligro, ¿por qué no se los ha separado de la medicina, sino que, al contrario, se les ha puesto en la atención directa a los enfermos y en la toma de decisiones sobre tratamientos, que antes no tenían? La verdad es que es porque no había nada, se sabía que eran buenos médicos y no había ningún motivo para sospechar de ellos. Como por otra parte han demostrado 3 inspecciones previas que se hicieron al servicio de urgencias de este hospital (y todas esas inspecciones bajo mandato del Partido Popular, que no hemos sido los "sociatas complices" los que hemos dado el visto bueno)

 

Obviamente, como ya sabíamos, no hay relación entre la sedación terminal y la provocación de la muerte. Se seda a quien se está muriendo (pronóstico infausto en cuestión de horas, según todos los peritos que han examinado los casos), y la intención es evitar sufrimientos innecesarios cuando la medicina no puede hacer ya nada. No se puede evitar la muerte inmediata, pero se puede paliar el sufrimiento. No podemos salvar al paciente, pero podemos aliviar su situación. Es una práctica reconocida, aplicada en todo el mundo y que, desgraciadamente, en Madrid está en desuso después de estas denuncias. EN MADRID MORIMOS PEOR QUE EN EL RESTO DE ESPAÑA POR CULPA DE LA CONSEJERÍA DE SANIDAD DE ESTA COMUNIDAD.

 

Me gustaría no morirme nunca, pero creo que va a ser que no. Si me tengo que ver algún día en ese trance, espero que me atienda Luis Montes, o alguien que trabaje como él, entienda mi sufrimiento y trate de hacerme lo más llevaderas posibles esas horas. Y si no puedo decidir, que quien decida por mí lo tenga en cuenta.

 

Lo curioso de la sentencia, -aparte de la espera de meses que se ha producido, casualmente hasta justo después de las elecciones- es que introduce la deducción por un juez de que ha existido mala praxis por parte de ese equipo. Y los peritos (especialistas médicos) no hablaron de mala práxis. La mala praxis no se juzgaba en este proceso, por lo que los acusados no han podido declarar a su favor el porqué hicieron unas cosas y no otras. No es legal concluir en una sentencia que aquello de lo que era acusado el reo no era cierto, pero que, seguramente había hecho otras cosas. Si Luis Montes hubiera hecho algo malo, habría que haberle acusado, no se puede decir a la ligera algo así como “bueno, esto no, y no es que haya pruebas de nada, pero algo habrá…”. Y menos por parte de un juez. Tanto hemos estado encima de ello, que nos lo sabíamos de memoria.

 

Acusa, ante otra falta de evidencias, a los médicos acusados de haber realizado “mala praxis”, basándose sólo en que algunos “expertos” consideran que dosis o fármacos utilizados no son los mejores.  Se olvida que otros expertos opinan justo lo contrario.

 No soy experto en leyes, pero mala praxis es un término únicamente médico, y que sólo un equipo deontológico puede utilizar. No es un término jurídico, en manos de la decisión de un juez, sino un término de uso médico, que nuestros órganos deontológico deben juzgar y que, siempre debe hacerse contrastando los papeles con la opinión puntual del médico que atendió al paciente (algo tendrá que decir la persona que estuvo al cargo de esas últimas horas) Eso no lo ha hecho el juez: ni le interesaba, ni le apetecía. La Comisión Deontológico del Consejo Oficial de Médicos (OMC), justifica plenamente la sedación terminal (no podía ser de otro modo), avala la actuación de los médicos y solicita responsabilidad para evitar el descrédito de los profesionales.

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