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La página de Juan Julián Elola

10 realidades frente a los mitos del sistema electoral

10 realidades frente a los mitos del sistema electoral

El Partido Popular de Madrid, a colación de las demandas del 15M, ha traído de nuevo a la Asamblea de Madrid una posibilidad para reformar la Ley Electoral de nuestra Comunidad. Realmente, en una comunidad autónoma uniprovincial como la nuestra, todos entenderíamos que la forma más directa de elegir es con una sola circunscripción, sin añadidos ni correcciones. Pero como en la calle hay demandas y soluciones para todos los gustos, pues Espe aprovecha y "arrima el ascua a su sardina", seleccionando aquellas que mejor pueden venir a sus intereses.


En mi opinión no hay sistemas absolutamente buenos ni absolutamente malos, sino que todos tienen sus "puntos". Como generalidad, se puede afirmar que disminuir el tamaño de la circunscripción aumenta la proximidad de los candidatos a sus "territorios", que es precisamente lo que planteaba la Constitución con las circunscripciones provinciales. Pero, a cambio, favorece el localismo y el bipartidismo, con la consecuencia de que los partidos territoriales pueden resultar sobrerrepresentados.


Voy a hacer un breve análisis que espero no resulte muy rollo, de las posibilidades, que obviamente no será completo, pero que espero aclare ciertas generalizaciones simplistas y contradictorias que circulan por ahí:


1. El desajuste entre los resultados electorales en número de votos y la adjudicación de escaños en el Congreso no se debe a la ley electoral o al sistema de reparto de escaños por la Ley D´Hont, sino al sistema electoral fijado en la Constitución que establece la provincia como circunscripción electoral y hace que muchos votos en las provincias en las que no se consigue ningún escaño sean como “tirarlos a la papelera”. El sistema de fragmentar más el territorio, como pretende Esperanza Aguirre en Madrid, lleva en su caso extremo a un “all for the winner”, es decir, el que gana la circunscripción se lleva el diputado, con un reparto claramente bipartidista de los diputados que relega a terceras opciones a la irrelevancia (en el caso de Madrid se podría decir que monopartidista, de ahí el interés del PP)


2. El resultado en escaños en las elecciones generales, excepto en las más recientes donde la fragmentación del voto en la izquierda ha sido muy importante, apliquemos el baremo de circunscripción única o el de circunscripciones provinciales, ha sido muy aproximado, salvo para IU que subiría un poco y para PP y PSOE, que bajarían (pero muy, muy poco)


3. No se puede pedir a la vez elección directa de los representantes y mayor proporcionalidad. Para hacer una elección directa se tiene que disminuir las circunscripciones, con lo que la proporcionalidad desaparece del todo. Es parte de lo que quiere Esperanza Aguirre para esos "diputados territoriales". No se puede pedir que se aumente la presencia local de los elegidos si se aumenta el tamaño de la circunscripción. El Partido que gane por zonas se adjudicará los escaños correspondientes, lo que hace que quien gane tenga muchos más escaños que los que proporcionalmente le correspondería. Si sumamos que en el proyecto del PP se da mayor peso a la sierra norte y a los distritos centrales de Madrid, pues...


4. Si, por contra, se aumenta el tamaño de la circunscripción, aumentará la proporcionalidad, pero disminuirá la relación directa elector-elegido. A mayor número de electos en cada papeleta, más difícil es el conocimiento o la identificación de los mismos. Estos dos puntos iniciales, que son los que piden a la vez "todos" los movimientos sociales, son absolutamente incompatibles entre sí, porque son contrarios (hombre, siempre puede haber apaños, pero son muy complejos y finalmente producirían efecto en un sentido o en otro, nunca en ambos)


5. Las circunscripciones pequeñas, al personalizar la elección política, permiten con facilidad aumentar la presión de los diferentes lobbys que puedan apoyar al candidato. No es lo mismo la influencia que un grupo de apoyo pueda tener en un gran Partido Político nacional, que sin duda la habrá, que la que pueda tener en un candidato local que precisa dinero para su campaña directa (véanse diferentes películas o series estadounidenses, donde en algunos cargos la elección se realiza de manera directa y personalista)


6. Las circunscripciones pequeñas también ayudan a la aparición de fenómenos locales y de personalismos (todos nos acordamos de Gil en Marbella) Los personalismos sólo se pueden producir cuando las circunscripciones son pequeñas, porque se difuminan con las grandes circunscripciones. Esto se debe a que las personas que se pueden dedicar a la Política en una circunscripción pequeña serán solo aquellas que tienen a la propia Política o bien como fuente de ingresos secundaria (diletantes) o bien como fuente de ingresos actual (políticos profesionales), dificultando que amateurs con buenas intenciones puedan "pagarse" y dedicarse a una buena campaña electoral y preelectoral)


7. La renovación es más complicada con las circunscripciones pequeñas porque se favorece al conocido que además puede dedicarse a su reelección a tiempo completo. La elección en circunscripciones pequeñas es un caldo de cultivo para promover el continuismo, porque favorece a quien ya está en el sitio, en el cargo, dado que va a tener siempre más presencia y más repercusión que aquellos que quieran aportar algo nuevo, vengan de donde vengan.


8. Los partidos pequeños, pero de ámbito general, se ven más beneficiados con las circunscripciones grandes (véase IU), pero claro, a cambio crea desajustes en la representación territorial, puesto que, con circunscripción única, como ahora mismo en la Comunidad de Madrid, pudiera no haber ningún representante en la Asamblea de la Sierra Pobre, o del Valle del Lozoya, o de Guadarrama, por ejemplo. A nivel nacional, se potencian las estructural estatales de los partidos frente a las provinciales (se refuerzan Madrid o Barcelona, por su mayor peso en el Partido y electoral, frente a, por ejemplo, Zamora, con escasa relevancia en número de electores)


9. Las circunscripciones grandes favorecen el control de los partidos sobre los candidatos, premiando la lealtad en ocasiones incluso sobre la valía. Eso, sin duda supone un inconveniente al potenciar la disciplina de Partido, pero también esa misma condición implica que el control de los Partidos va a dificultar la aparición de fenómenos locales, sean personales o colectivos. Las circunscripciones los favorecen incluso dentro de los propios partidos políticos, como es el caso de Fabra en Castellón.


10. Las circunscripciones pequeñas y la elección directa dificultan la gobernabilidad al favorecer la aparición de pequeños partidos o grupos de presión, que se van a ver presionados por intereses locales y pueden convertir el debate en un problema regional (¿os imagináis un parlamento con 50 ERCs diferentes, cada una hablando de “su libro”?) El ejemplo más claro y actual es Bélgica, que se está volviendo un problema en sí por la dificultad para conseguir un Gobierno.


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