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La página de Juan Julián Elola

GALLARDÓN AGITA LOS CIMIENTOS DEL PARTIDO POPULARA AL AUTOPROPONERSE COMO SUCESOR DE RAJOY TRAS LA DERROTA ELECTORAL PREVISTA EN 2008

GALLARDÓN AGITA LOS CIMIENTOS DEL PARTIDO POPULARA AL AUTOPROPONERSE COMO SUCESOR DE RAJOY TRAS LA DERROTA ELECTORAL PREVISTA EN 2008

Todos en el Partido Popular dan por descontada la derrota electoral el próximo mes de marzo. De no ser así ni Gallardón hubiera hecho lo que ha hecho, ni el resto de su partido hubiera reaccionado como ha reaccionado. Es la principal conclusión que saco de esta "tormenta de verano" que nos ha enseñado los trapos sucios y las luchas por el poder en el PP.

Ya justo después de las elecciones de 2004, algunos vaticinaban que iba a haber elecciones en otoño de 2004. Han seguido haciendo estas predicciones cada 2 ó 3 meses, y siempre con el mismo resultado. Como videntes no tienen precio.

Lo que también parece que tienen claro es que Rajoy está aquí de manera temporal y que será incapaz de ganar las próximas elecciones, por lo que la derrota electoral está cantada y se da por abierta la carrera a la sucesión. Por eso se le han echado al cuello los del sector más radical del PP. También hemos podido comprobar este sentimiento de derrota con la llegada de Rato y los comentarios que han surgido en el PP, y con todos los movimientos internos que ha habido después de las elecciones autonómicas. Por cierto, ¿dónde quedó aquello que decía con tanta insistencia Rajoy de que en Navarra y en Canarias debería gobernar la lista mas votada?

La propuesta de Gallardón de ir en las listas al Congreso por Madrid supondría el primer paso en su plan para llegar al liderazgo en el Partido Popular. Es su última oportunidad. La mejor opción para él era que Esperanza Aguirre perdiese las elecciones autonómicas, con lo que quedaría apeada de toda posibilidad de ser la sucesora, y él sería la gran imagen del Madrid victorioso. Sin embargo, el propio impulso que ha dado en votos Gallardón a Espe en la Comunidad, ha provocado que también esta nos haya hecho a los socialistas morder el polvo en la Comunidad de Madrid, por lo que, indirectamente, la ha catapultado a posiciones mejores.

Con esto, Gallardón perdió su principal posibilidad, por lo que tiene que jugar las cartas que le quedan de una forma muy arriegada. Si quiere estar en el Parlamento es porque entonces tendría una ventaja importante sobre otros sucesores, y es que estaría en disposición de enfrentarse directamente con el Presidente del Gobierno (Zapatero), mientras que Rato o Espe tendrían que hacerlo de forma indirecta, en los medios, y con responsabilidades limitadas por sus cargos (en el caso de Rato por no tenerlos). Esto le daría un protagonismo en la comunicación y en la oposición desde el que podría seguir alimientando su imagen de pacto y moderación.

Es su última oportunidad, porque si no llega al Parlamento, quedará fuera de toda posibilidad, aún en el supuesto (parece que difícilmente asumible) de que de verdad su Partido opte por una vía de moderación y de templanza. Las dimisiones de Matas y Piqué apuntan claramente en sentido contrario, aunque la derrota electoral dé por amortizados a Zaplana y Acebes (ya que esta derrota sería el segundo proyecto radical que llevan a las urnas, y es raro pensar que tendrán una tercera oportunidad) Todas las ocasiones que pueda tener Gallardón pasan por estar en la lista electoral en Madrid en posiciones de salida (por debajo del puesto 18)

La teoría de Gallardón (y de otros muchos) es que para aumentar su presencia ciudadana, deben dulcificar su imagen. No soy yo de los que puedan decir que Gallardón es un tipo moderado de centro, más bien opino lo contrario, pero es que al lado de Acebes, Zaplana, Pujalte o Espe, cualquiera puede pasar por centrista. Además el Alcalde de Madrid lleva mucho tiempo trabajándose esa imagen de persona asequible y negociadora, aunque luego, en el día a día, en Madrid se sufra la situación contraria. No es que Gallardón sea lo que se dice muy moderado, pero al lado de esos, cualquiera pasa incluso por "rojo" (y si no que se lo pregunten al "amigo" Federriko, que le llama así en muchas ocasiones)

Un comentario de un lector nos hace recordar que además, Gallardón tiene un motivo personal contra Zaplana, motivado por la solicitud de expulsión que hizo sobre el lider del PP Valenciano en el 90, tras el caso Naseiro, como nos recuerda la wikipedia cuando habla de los inicios en la política de Ruiz-Gallardón. Es fácil suponer que Alberto esté dolido por el poco caso que le hicieron y porque considere que Zaplana tenía que estar fuera del PP, y Zaplana estará molesto porque alguien se atreviera a pedir su expulsión.

Queda simplemente analizar porqué lo hace en los medios de comunicación y no realiza la propuesta a su Partido, como sería natural. Y es comprensible porque se considera con apoyo popular entre los votantes de derechas, pero sabe sobradamente que no tiene el apoyo del Partido Popular. Ni sus cuadros de dirección, como ya han demostrado en muchas ocasiones, ni sus bases, como se vió en el proceso para elegir presidente del Partido en Madrid, le apoyan ni le quieren. Es más, algunos yo diría que le aborrecen. Lo que intenta es comprometer al PP para que, insistiendo en su ofrecimiento, desde la dirección puedan tener la sensación de que no incluirle tendría un coste electoral entre sectores moderados de Madrid o de otras regiones, al asentar más firmemente esa imagen de extrema derecha que últimamente está cultivando el PP con su acercamiento a los sectores más conservadores de la Iglesia y del sentimiento anticatalán y antivasco.

2 comentarios

Juan Julián -

Hasta Fraga da por descontada la derrota y propone abrir el proceso sucesorio:
http://www.actualidad.terra.es/nacional/articulo/fraga_hay_ir_preparando_sucesiones_1807479.htm

creditos -

La venganza de Gallardón.

Un poco de memoria nunca viene mal para explicar el presente.
En abril de 1990, siendo diputado de la Asamblea de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, dirigió la investigación dentro del partido de las implicaciones del Caso Naseiro. Sobre este asunto sugirió la expulsión, entre otros, de Eduardo Zaplana.

Si sumamos la ambición desmedida de Gallardón a los resquemores de aquella actuación podremos entender mejor la actual estrategia del alcalde de Madrid.

Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es