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La página de Juan Julián Elola

VIAJES CON HERÓDOTO, UN LIBRO DE RYSZARD KAPUSCINSKI

VIAJES CON HERÓDOTO, UN LIBRO DE RYSZARD KAPUSCINSKI

Voy a poner aquí un pequeño comentario sobre un libro que me dejó mi amigo Fernando Montañés, recomendado especialmente por él, y que leí con gran interés. Es cierto que me gusta normalmente leer cosas raras, lejos de los best-sellers, pero me parece que éste camina en una zona que puede resultar atractiva para muchos lectores.

Un libro francamente recomendable para todos aquellos que buscan lectura más allá de la novela y de el relato. Es difícilmente clasificable pero que, con el trasfondo de la Historia, de Heródoto, nos introduce en la multiculturalidad y en la diversidad que existe tras las fronteras de cualquier país. De forma muy apropiada a los días actuales, se trata de una glorificación de las culturas más ajenas al ciudadano occidental, de su variedad y sus diferencias, que enriquecen al viajero con su conocimiento y estudio. En momentos en que el choque de culturas representa un reto, una obra como esta se convierte en un verdadero soplo de aire fresco, aunque se refiera a hechos tan lejanos en el tiempo. Es, por tanto, un libro de viajes internacionales y, como tal, un canto a la “otredad”, de la que tan claramente se siente prisionero Kapuscinski, atrapado por una curiosidad que le empuja a intentar conocerla: “Heródoto jamás rechaza ni condena la otredad, todo lo contrario: intenta conocerla, comprenderla y describirla. ¿El hecho diferencial? Sólo está ahí para subrayar la unidad, en toda su plenitud y riqueza.” El autor advierte la variedad cultural del mundo y pone todo su empeño en tratar de conocerla, averiguar sus orígenes y sus particularidades, y, así, comprenderla. Es, por otra parte, un elogio a Heródoto, a su figura, a su labor y a su visión del mundo. “Esta inclinación a darse aires de importancia, inoculada luego por los griegos a otros europeos, la combate Heródoto a cada momento, sin cuartel.” Es Heródoto el hilo conductor del libro, el cemento que cohesiona todo y que, a la vez, le da forma. En cierto modo, se puede observar una identificación de Kapuscinski con el autor de la Historia. Pero la Historia, de Heródoto, es relato y análisis de la situación política de su época. Por tanto, no puede Kapucinski evitar hablar de “su” política. Así se convierte su libro, en paralelo, en una feroz crítica a las dictaduras comunistas, a sus límites y a sus “fronteras”, tan vivamente reflejadas en ese ansia de traspasarlas: “sólo anhelaba una cosa: cruzar la frontera, no importaba cuál ni dónde, porque no me importaba el fin, la meta, el destino, sino el mero acto, casi místico y trascendental, de cruzar la frontera.”. La narración abarca varios años, por lo que asistimos a la evolución, el viaje iniciático del protagonista, que cambia desde ese joven corresponsal vestido a la moda “Pacto de Varsovia, 1956”, que alcanza La India sin tener un gran conocimiento del inglés, al maduro y experimentado periodista que presencia en directo la caída del Sha de Irán y el establecimiento de la dictadura de Jomeini. Vamos de ese joven sorprendido y asustado por la variedad cultural de un país como la India, a ese otro escritor que se dedica, de forma casi obsesiva, a la persecución de esa variedad, a su colección y a su intento de comprensión del extraño.

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